Prácticas y políticas anticorrupción en las empresas. ¿Por qué? ¿Para qué?

Por Regina Oneto Gaona

“Hasta hace pocos años, en el colectivo imaginario la corrupción era un concepto directa y casi únicamente vinculado al sector público. Hoy, ante los numerosos casos locales e internacionales de corrupción que tienen a empresas por protagonistas (Enron, Parmalat, etc.), no cabe sino concluir que la corrupción es un grave problema social, político, legal, económico y ético que afecta y ocupa tanto a instituciones públicas como a empresas privadas - en todos los países en mayor o menor medida y a todos los niveles -. La lucha contra este mal sistémico y globalizado que es la corrupción, implica necesariamente establecer e implementar dos enfoques complementarios con estrategias diversas y a la vez concurrentes: uno concentrado en la sanción de los actos de corrupción realizados y otro enfocado en adoptar medidas preventivas. Y así lo han entendido muchas empresas e instituciones que hoy trabajan arduamente a partir de la capacitación, políticas internas y con terceros en pos de prevenir e investigar los distintos actos corruptos en los que pueden verse involucradas. Ello motiva que nos encontremos hoy con un presente con abundancia en normas, políticas y prácticas –tanto públicas como privadas- sobre esta cuestión que merecen ser conocidas e implementadas.”

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Términos mencionados en esta doctrina: corrupción, empresas, políticas.